sábado, 27 de octubre de 2012

LOS PRINCIPIOS DEL FIN

LOS PRINCIPIOS DEL FIN No hacía ni cinco minutos que había entrado, y sentado en la barra de la cafetería ya tenía el impulso de largarme cuanto antes. Entraba a trabajar de tarde en 20 minutos, tenía tiempo de sobra. Pero empezar una conversación con ella me resultaba incómodo. No tenía respuesta ni para la pregunta más sencilla del diálogo más trivial. ¿Qué le diría si me preguntaba simplemente a qué me dedico? Me gustaría responder:"Escribo".Pero lo cierto es que llevo meses sin escribir apenas una línea, y mucho más sin que sea nada que valga un poco la pena. Y tampoco es que sea mi profesión ni nada, es sólo algo que me gusta hacer, como a tantos, ya ves. Y es que ya no me veía a mí mismo como una gran compañía. Puede que tampoco lo haya sido nunca, no se. Me sentía vacío. Acababa de salir de una relación, y durante todos esos meses me había vertido entero en ella hasta que no me quedaba nada que ofrecer. Apenas había comenzado a recoger los pedazos y recomponerme como para pensar en perderme en otra bonita sonrisa y unos ojos dulces. Y sin embargo, allí estaba. Callado como un tonto. Era agradable que alguien tuviera un pequeño detalle como invitarme a un café y una palabra amable. Llamadme triste, así de deshecho estaba. De tanto no sentirme escuchado ni apreciado me sorprendía cuando un conocido o una amiga me dejaban terminar una frase, y que al concluirla no me esperara una mala cara para ensombrecerla. No sabía demasiado de la camarera, y en realidad supongo que no quería descubrirlo. No todavía. Deseaba recrearme un poquito más en la ilusión que me hacía gustarle un poquito a alguien de nuevo, aunque no fuera cierto. No pretendía ir más allá. Tampoco sería justo. Y sin embargo...cuánto me gustaría. Pero estaba tan a gusto allí, esos breves minutos mirándola en silencio moverse con ritmo en el bullicio de una tarde lluviosa que había llenado el local de vociferante clientela de fin de semana, que me daba miedo estropearlo volviendo a la realidad, como había estropeado todo en mi vida durante el último año de un modo u otro. Un perro apaleado más de los pesados que llenan los bares. Ví una vida hermosa que no me necesita en ella. Pensamientos innecesariamente apresurados e impropios. Como el buen Foggy Nelson le decía a Matt Murdock en Daredevil:"Pasas directamente a la ruptura sin empezar siquiera la relación, que de todas formas podría no existir. Así es más rápido y seguro." Sin riesgo no hay fracaso. Ya has perdido porque te has rendido antes de empezar. Conozco la sensación. Fue mi forma de vida durante mucho tiempo. Pero en algún momento, esa tarde, entre aquella taza de café y la surrealista conversación en la tienda con una adolescente que algo airada se frustraba intentando explicarme con gratuita y acomplejada dificultad que el "Yaoi" es el Manga para lesbianas, tomé la inconsciente y casi involuntaria decisión de dejar de compadecerme. Tal vez no era mucho, pero Sí un principio. Creo que necesitaré varios principios hasta que encuentre mi final. Con algo de tiempo. Y sin embargo... EL FIN DEL PRINCIPIO