Sólo te conozco de noche. Nunca te he visto a la extraña luz del Sol. Me sorprendes saliendo borrosa de la bruma de las tinieblas de las callejitas de Córdoba, la ciudad que duerme de día y al anochecer se despereza y nos observa.
Y no sólo tú. Me presentaron a dos crías de belleza desarmante pero sospeché que autoconsciente, y evito quedar con las chicas de negro antes de las diez del crepúsculo.
El día a menudo rompe el hechizo y me gusta que la ciudad me mire, también mientras duermo.
VOLVERÉIS, de Jonás Trueba
Hace 1 mes
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