miércoles, 23 de junio de 2010

UN BAUER DE LA VIDA

Terminé hace unos días el videojuego SPLINTER CELL: DOBLE AGENTE, penúltima entrega del agente de la NSA Sam Fisher, donde cruza la raya de la infiltración para colaborar con un grupo terrorista norteamericano y a la vez trabajar para el Third Echelon (rama secreta de su agencia de espionaje), manteniendo un sistema de confianza que buenos y malos deben mantener en nuestro personaje para concluir las misiones con éxito. Las voces españolas de Willem Dafoe (como el líder terrorista) y Morgan Freeman (nuestro jefe en la NSA), dan lustre al doblaje de un juego entretenido y no muy largo que se antoja pura rutina para el genuino Jack Bauer de 24, teleserie que en su última temporada (la octava), la tradicional historia de ataque terrorista contra Norteamérica (en este caso por vez primera transcurre en New York), se desenvuelve con una narración más flojita, que no menos entretenida, hasta cruzado con mucho su ecuador, donde un acertado e inesperado golpe de timón incluye la reaparición del, posiblemente mejor villano de la serie (y no muchos han sobrevivido hasta ahora) y coloca al bueno (ejem) de Bauer contra las cuerdas, en un "modo fugitivo" que quizás esta vez sea definitivo e irreversible. Premisa con unas posibilidades que deben agradar a los responsables también de las dos últimas entregas de esa obra jugona del costumbrismo estilo Tom Clancy que es la saga SPLINTER CELL, ya que tiene continuidad en su entrega más reciente: CONVICTION.


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