jueves, 24 de febrero de 2011

METRO 2033: LA RED SOCIAL



Inmerso a ratos en el videojuego METRO 2033, leo el primer capítulo de la novela en que se inspira-suministrado gratuitamente con el número de febrero de la revista SCIFIWORLD MAGAZINE-, que la verdad aclara bastante algunos aspectos del mundo subterráneo de Artyom y su odisea personal.
Además el breve texto incluye una entrevista con su autor, Dmitry Glukhosky, que desvela el porqué puede resultar aceptablemente creíble que la vida en el metro de Moscú sobreviva a una hecatombe nuclear, ya que se diseñó convenientemente para ello y dispone de unas características únicas en lo relativo a profundidad, aislamiento, suministro, almacenamiento, extensión, amplitud, etc... elementos muy sugerentes para ambientar allí una ficción absorbente donde cada túnel es una pesadilla y cada ciudad-estación una incógnita.
Salvando las distancias, los enfrentamientos entre estaciones de la línea, representativas de distintos regímenes políticos, puede recordar ligeramente a la utopía fantacientífica y social de la ciudad submarina de Rapture, destruida por facciones enfrentadas en los videojuegos de la saga BIOSHOCK, más cercanos en lo estético a una pesadilla de Julio Verne que a la mugre mutante radiactiva rusa del metro moscovita, pero coincidentes en mostrar los escombros de una humanidad, que aún limitada y aislada a un espacio reducido, muestra su barbarie característica, y algún leve destello admirable de superación.

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