jueves, 8 de septiembre de 2011

LA NOCHE, EN TRES ACTOS

I. PRIMIGENIO POLVO DE ESTRELLAS

Desde el bar instalado en la azotea del parking ribereño se tenía un perfecta vista del río y sus alrededores, incluso más allá. El paseo de la orilla permanecía en penumbra y el parque al otro lado de los puentes estaba en completa oscuridad, sólo iluminado por la luna llena de aquella noche veraniega. El terraza-pub Embarque estaba muy animado, los veladores repletos de clientes con ganas de divertirse, la música del Dj habitual muy alta, resonando en el silencio de la madrugada fluvial, los láseres dibujando formas en el vacío, allá donde se lanzaban los veteranos voladores de parapente a motor en un espectacular aunque poco visible paseo aéreo nocturno desde un balcón habilitado, llegando a gran altura hasta bien lejos de aquél faro de la movida local.
El tipo escrutaba, con uno de los catalejos fijos para turistas instalados en el ático lounge, la trayectoria de uno de aquellos inconscientes planeadores hasta casi perderlo de vista en la negrura...
....sobre el río en calma el piloto del parapente disfrutaba de la brisa que su moderada velocidad le proporcionaba a aquella altitud, y del espectáculo de aquella enorme luna que casi deslumbraba, mirando hacia abajo de vez en cuando intentando atisbar sin éxito algo en las tinieblas absolutas del asilvestrado parque natural que se bañaba en el lodazal que cubría la otra orilla del gran afluente...
...vestidos con la intimidad de la noche y señalados sólo por el satélite reinante del firmamento, una pareja follaba en el parque al borde del río. Él la embestía por detrás con respiración forzada, casi en silencio, con los ojos cerrados apuntando a las estrellas visibles por la ausencia de contaminación eléctrica, mientras ella se apoyaba en la barandilla de madera podrida de un viejo embarcadero embarrado hasta el abandono, con la mirada en el río y en la lejana terraza del más alto edificio del otro lado, desde la que resonaba el eco de música dance y refulgían neones y trazos de lásers que se perdían en el aire. Escuchaba también, aparte de sus propios gemidos irregulares y su respiración entrecortada, el ronroneo de algunos motores poco estridentes sobre sus cabezas, muy arriba, aunque no percibía ninguna forma, y el maullido excitado de los muchos gatos en celo que habitaban aquella zona y parecían buscar a la pareja en pleno ritual de apareamiento humano como referente...
...cuando el chico aceleró el ritmo y fuerza de sus lúbricas acometidas por la previsible excitación, abrió los ojos con el rostro aún hacia arriba, y tuvo la sensación de que la cúpula celeste se agrandaba como nunca había notado, descomunalmente, multiplicando sus estrellas de forma veloz y desproporcionada, hasta aparecer en cuestión de instantes ante sus ojos todo el brazo de la Vía Láctea que puede contemplarse desde el mundo que habitamos. Al mismo tiempo, parecía que la oscuridad reinante a ras de suelo se había hecho aún más intensa. Todo referente cercano y lejano había desaparecido, incluido el más llamativo de la terraza discoteca que hacía unos segundos machacaba los sentidos de la paz nocturna, salvo los muy luminosos y naturales que provenían del cielo que contemplaba aminorando ahora la cadencia de su roze aunque sin detenerla, asombrado...
...De repente, toda la luz del pub Embarque se apagó, a la vez que la música e incluso los móviles y cámaras de todos los asistentes. Todo aparato eléctrico había sucumbido, no así el catalejo que era puramente mecánico, por lo que el espectador, tras reponerse momentáneamente de la común sorpresa inicial de la que todos hablaban, esgrimió de nuevo la lente en busca de nuevo del tipo del parapente. Le llamó la atención que el ya antes lejano sonido de los motores de aquellos paracaídas propulsados también había cesado al unísono, por lo que la preocupación era lógica. Nadie más se había percatado aun de ello al parecer. Con gran esfuerzo y creciente nerviosismo, consiguió encontrar guiado solo por el potente brillo lunar una reconocible silueta voladora dibujada en las miríada de astros que se plantaron allí mismo, sólo para darse cuenta de que súbitamente el planeo del parapente había devenido en caída libre hacia la orilla del parque. Siguió la veloz trayectoria descendente y le alivió un tanto comprobar que el piloto había conseguido algo así como un aterrizaje forzoso, y parecía deshacerse de las cuerdas de su paracaídas y lo demás con algún instrumento pequeño, para encender luego una bengala de mano que proporcionó mayor claridad a la escena que contemplaba...
....la chica recibió en su seno una vez más a su compañero antes de quedarse inmóvil, al oir algo que caía desde muy alto a no mucha distancia de ellos y ver luego la luz potente de una antorcha anaranjada surgir de la maleza de la orilla, donde percibió después de deslumbrarse fugazmente, la forma de un hombre que parecía surgir de la tela de un globo o un paracaidas...el hombre los miró a ella y a su chico, que parecía absorto en su ya casi imperceptible meneo pélvico con la mirada como perdida en las nubes ausentes, pero la embarazosa sorpresa se disolvió instantáneamente cuando algo más entro en el campo de visión de ella, por el rabillo del ojo, haciéndole desviar la mirada hacia allí y profiriendo un grito de agudo pánico...
... sin poder despegarse del catalejo ni para alertar a nadie de aquel bar de lo que estaba descubriendo, el tipo de la azotea se dio cuenta de que el piloto había aterrizado casi encima de una pareja joven que retozaba desnuda en la orilla, pero no le dio tiempo a reírse para sí porque incluso en el intenso rumor de las conversaciones aceleradas que le rodeaban, un estridente chillido de aquella muchacha había cruzado la enorme distancia hasta sus oídos, obligándole a desviar el ángulo de su observador instrumento hacia las negras aguas del río, en la dirección que ella miraba...algo parecía emerger allí, unas formas humanoides, pudo identificar hasta tres de esas formas por su gran tamaño, de más de dos metros, que salían caminado ligeramente encorvados entre agua espesa y barro, para revelarse como unos seres que más bien parecían disfraces de dura goma para un film de terror de serie B. Eran como versiones retorcidas de aquella vieja peli, La Criatura de la Laguna Negra, pero sus enormes cabezas parecían reposar sobres los hombros deformes sin cuello alguno.
Con la respiración cortada, observó como con rapidez uno de aquellos seres imposibles atacó al sufrido piloto de parapente que parecía intentar defenderse con algo como una navaja inútilmente, aunque un breve forcejeo retrasó el aplastamiento de su cráneo entre los enormes dedos de aquella especie de reptil, mientras los otros dos oscuros anfibios perseguían y alcanzaban en pocas zancadas a los dos infelices en bolas que se habían despegado al fin para intentar escapar juntos. Pero en cuestión de momentos, el chico corrió la misma suerte que el piloto y la chica fue agarrada de un tobillo e izada como un conejo al que arrastraban de vuelta a las calmas aguas, donde se llevaron también los cadáveres inertes de los desdichados, antes de desaparecer en ellas tan rápido como habían salido. La electricidad volvió, con ella la distorsión de la música, el brillo estelar se atenuó severamente, la luz anaranjada de la bengala abandonada en el suelo del parque, ahora vacío, perdió intensidad hasta casi desaparecer.


II. SU NUCA EN LA ALMOHADA.

Dormíamos juntos en la misma cama. Era la primera vez. En realidad solo ella dormía. Yo llevaba un rato despierto, contemplando el final de su cabello y el principio de su cuello, acomodados a escasos centímetros de mi nariz. Escuchando su respiración tenue, regular, dormida. La rodeaba con los brazos bajo las sábanas, que como dos serpientes enfrentadas (ejem) representaban los sentimientos contradictorios en los que pensaba. Sentía una apacible felicidad, un gozo abrumador, una ilusión evidente. También estaba acojonado. Ella parecía ver en mí algo que no puedo ni imaginar y me sentía un fraude. Temía que cuando se despertara se giraría perezosa, me miraría a los ojos y se daría cuenta de quien soy en realidad, decepcionándose y pensando, "-que hago aquí junto a este tipo.." . La pasión de horas antes fue hermosa, tierna y divertida. Iluminados en la enorme cama de la habitación de hotel solo por la televisión, habíamos rodado uno sobre otro arriba y abajo, estallado en carcajadas cuando pisamos el mando a distancia repetidas veces con nuestros cuerpos, cambiando de canal y subiendo el volumen justo cuando aparecía en pantalla el montañero Juanito Oriarzabal en un Reality Vascongado gritando con su habitual mal genio, UNO! DOS! TRES! CUATRO! ESA BATIDORA CON SEGURIDAD!!, y al instante un partido de baloncesto de la selección en Lituania, justo cuando enfocaban a mi primo Chema entre el público disfrazado de Burbuja de Freixenet con una enormes gafas de Drag Queen gritando en equipo con su compadre vestido de vaca de Milka y un ,según él. famoso turco con cara de Bin Laden y barba a lo ZZ Top, que le coreaban CAMPEÓN! CAMPEÓN!..a lo que ella respondió riendo mientras me pellizcaba las nalgas "-ea, va por ti".
Pero ahora mientras amanecía a su lado me sentía en el deber de sincerarme, de decirle lo mucho que me gusta pero lo poco que tal vez puede esperar de mi desastre de vida y otros temores que no me atrevo a enumerar. Estaba convencido a hacerlo y me había repetido mentalmente durante un rato las palabras mas dulces e idóneas que se me habían ocurrido, pero cuando despertó, se giró adormilada y perezosa hacia mí y me miró con un brillo en los ojos distinto a cualquier cosa que haya visto antes, y una sonrisa se dibujó en sus labios, y me sentí incapaz de abrir la boca y balbucear aquellas tonterías. Me limité a besarla.
Entonces notamos a la vez que alguien abría la puerta de nuestra habitación desde fuera y entraba encendiendo las luces, era la doncella de planta latinoamericana y a su lado,... ¿Marilyn Manson?!!..



III. AMANECE EN PUERTA OSCURA.

Nunca había conducido un coche como aquel, ni en semejante compañía. El mismo Marilyn Manson nos sacó de la cama para explicarnos en un Spanglish farragoso una historia absurda. Iba tan maquillado como en un videoclip y era de una falsa amabilidad y prisas extremas. Por lo que pudimos entender mientras salíamos del shock es que debía reunirse con unas personas, al parecer Alejandro, Alan y Erik para nosequé movida en la ribera y por cojones resulta que yo era el encargado local de ser su guía, chofer y criado. Esa parte me la explicó como cinco veces y seguía sin comprenderla. Decía "-la reunión subcultural asigna siempre a un freak local las tareas logísticas acordes a la investigación, según la filtración de Facebook y Twitter a Wikileaks, tú eres esa persona aquí,.." . Respondí varias veces "-Qué?", hasta que añadió "-Te pagaremos bien.." a lo que contesté:"-Qué?". Y una vez en la limusina negra que llevaba hacia donde me indicaba que debíamos ir, siguiendo el GPS programado de antemano, (con acento mejicano además), mientras mi amante de un rato antes, que solo había acertado a convencerme a irnos con ese tio con un "-Yo no me pierdo esto", desde el asiento trasero miraba fijamente muy extrañada a la supuesta novia de la estrella del rock (una chica de cintura imposible y con el rostro tapado por una máscara de barbie siniestra y muda), yo intentaba razonar con cierta hostilidad ante aquella extravagancia avasallante:"- Esto no tiene ningún sentido, ¿pero no tienes ya gente para estas cosas? ¿ Y Como que Freak?¿De verdad me quieres hacer creer que no hay nadie más freak según tu mierda de facebook? Sí estaba desnudo junto a una chica preciosa, por amor de dios!!".....Pero la mirada perdida del tipo gótico desgarbado aquel ignoraba convenientemente mi pataleta, tras sus lentillas de colorines y su pose de gallo de dibujo animado.
Cruzando el puente de piedra, dejamos el coche lo más cerca posible del terreno irregular del parque de los gatos, como se le conocía. El Sol se había reafirmado hacía rato en mitad del cielo y el calor iba calando. Cerca del antiguo embarcadero de madera, en el lodazal, unos agentes del CSIC (lo ponía en sus camisetas, ni que fueran del CSI) nos pidieron que apagáramos los móviles y dejáramos cualquier objeto metálico. Como Manson va forrado de ellos, se quedó a cierta distancia, mientras saludaba a quienes nos esperaban tras la cinta policial y decía para sí, "-Antes Marilyn me parecía un buen nombre, hasta que me lo llama él".
Nos acercamos hasta esa gente, curioso por saber quién abochornaba al divo del metal, y para mi sorpresa reconocí a tres hombres de avanzada edad y mucha barba: Alan Moore, inconfundible con sus espesa barba canosa, su mirada de iluminado, sus muchos anillos en los dedos y además porque llevaba un ejemplar de su NEONOMICON bajo el brazo para más señas, fumando en pipa y abanicándose. Alejandro Jodorowsky, mucho más envejecido de como le recordaba en la tele, pero con una luz risueña tras sus pupilas, me miró y sonrió, saludándome con su peculiar acento señalándome con el bastón que esgrimía. Y Erik el Belga, a este tardé más en reconocerlo. Famoso ladrón de arte retirado hace mucho, ahora pintor y restaurador según recuerdo, afincado en la costa española.
Sin prestarme mayor atención ni añadir más explicaciones que las muy parcas del artista antes conocido como el niño de Aquellos Maravillosos Años, aquel trío excéntrico pareció concentrarse en algo que había en el suelo y debía ser el motivo de su visita. Discutían acaloradamente en inglés, aunque Jodorowsky y el belga chapurreaban francés y castellano, cuando me fijé en lo que allí contemplaban.
Era un cuchillo militar no muy grande con restos de un fluido verde negruzco y una inscripción: Buen Cuchillo. A su alrededor, un charco de más fuido parduzco y mucha sangre mezclados con la tierra arcillosa. También una tela como de globo y cuerdas esparcidas. Y tardé más en distinguir una especie de pequeño tentáculo verde con espinas afiladas. Antes de abrir la boca, Jodorowsky dijo: "-No, creo que es sin duda un falo, el chico del parapente atacó al profundo con su cuchillo de supervivencia, que había usado antes para cortar las cuerdas que lo sujetaban a la tela, seccionándoselo antes de perecer y ser arrastrado como los demás, hacía allá"..y señaló al río.
Mi acompañante me dijo que llevaba ya un rato convencida de que este día iba ser incluso más raro que el anterior, pero de otra manera. Desde luego pensaba que esto rayaba ya el absurdo más increíble, pero comenzé a entender que podía aportar yo a semejante disparate cuando, tras escuchar otra discusión entre Moore y Jodorowsy en la que el primero se vanagloriaba de ser el único mago real del grupo porque aquella supuesta sicomagia del chileno no era magia real al no trascender ningún plano de realidad o no se qué gilipollez, y Erik los escuchaba divertido en silencio, el escritor británico se calló de mal humor paseando por la orilla lanzando aros de humo a los gatos que le seguían, y Jodorowsky, sigue hablando como consigo mismo: "- Lovecraft situó la antigua ciudad sumergida de los antiguos en unas coordinadas concretas del océano, decían que en su letargo se comunicaban con una especie de silbidos de baja frecuencia. Es solo literatura. Hasta que hace bien poco, en esas mismas latitudes se detectaron unos sonidos de bajísima frecuencia a una profundidad inexplorada,..." con aire cansado me pregunta (como si yo debiera saberlo) :"-¿Por qué pasa esto aquí ahora?"....me quedo en silencio unos momentos, y pensándolo respondo: -"En esta ciudad,.. ¿Cómo es que no pasado antes?".
"-Porque Sí que puede haber estado pasando, tal vez desde hace mucho..", Responde con una sonrisa entusiasmada.
Noto los ojos de ella fijos en mi nuca, me vuelvo, nos miramos y pienso: Este día va a ser sin duda aun más extraño, aunque no más feliz. Y sonrío, pensando en la aventura imprevisible que tenemos ante nosotros...como si no hubiera un mañana.

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