sábado, 2 de julio de 2011

SHANNON, HUELEBRAGUETAS DE WINNIPEG

Gabriel Shannon se despertó en el sofá de su oficina, como cada mañana. En realidad vivía allí desde siempre. Cuando montó el despacho en aquel viejo edificio de pequeñas oficinas hace ya 30 años solía quedarse allí porque no tenía para pagar el alquiler de un apartamento, y así seguía ahora, aunque ya no pensaba en ello. Su despacho era el reflejo de todo este tiempo. Se quitó el sombrero a lo Mike Hammer (aún se emitía la serie con Stacy Keach cuando lo compró) de la cara y lo dejó sobre el escritorio. Sólo lo usaba para dormitar. Perezoso, se sirvió café frío de ayer en su taza favorita de Los Cazafantasmas. Su cocina se limitaba a una pequeña maquina de hacer café, una tostadora y un microondas prehistórico, en un mostrador detrás de su escritorio, pegado a la única ventana de la estancia, desde la que podía ver el centro empresarial de Winnipeg a una altura de 20 plantas y a través de un deslucido rótulo en el vidrio que desde la calle habría casi que descubrir con prismáticos y que reza "Gabriel Shannon, Detective Privado". Echaba de comer a sus peces mientras apuraba el café y se metió en el baño a lavarse la cara, mayormente una oscura barba de cincuenta y muchos años. La tenía chorreando cuando sonó el timbre. Sólo eran las 7:45, pensó mirando el reloj de pared asomando la cabeza desde el baño, demasiado pronto para una improbable visita profesional. Más extraño aún le resultó cuando oyó una llave encajar en la cerradura y abrir la puerta acristalada y rotulada como la ventana sin esfuerzo. El intruso le sorprendió allí de pie en la puerta del baño, cercana a la de entrada, en camiseta de tirantes, con la barba empapada y una raída toalla antes azul en las manos.
-Miky...dijo Shannon.
-Pensaba que te encontraría muerto en tu sofá, tío.
-¿Qué haces aquí?
-He llegado hace un rato. Me he mudado aquí.
-¿Aquí? bueno, podría dejarte dormir unas noches en el sofá, pero es que yo duermo ahí...-Recordó que había dejado una copia de sus llaves en casa de su hermano hacía años.
-Tranqui, Gabriel, no voy a recluirte esta noche a dormir la mona en tu bañera..
-Mejor, porque sólo tengo ducha
-Y muy sucia, estoy segura. Ya tengo habitación. Antes de salir de Vancouver ya tenía todo arreglado. Compartiré piso con unas estudiantes.
-¿Alguien viene a estudiar aquí?
-No creo que estudien mucho. He pensado en pasarme pronto por aquí para saludarte-Dijo mientras por fin cerraba la puerta tras de sí y se sentaba en el sofá- y desayunar contigo si quieres tomar algo más aparte de tu agua sucia de cafetera, luego aún tengo un rato, podría ayudarte a adecentar esto un poco.
-¿Quieres trabajar para mí, sobrina? No puedo pagarte.
-Ni yo a ti. Quiero que trabajes para mi. En un caso. Pero tampoco puedo pagar, así que he pensado en ser tu secretaria y ayudante o algo así. Se nota que no tienes.
-Em, ya..¿Y de que va a vivir tu alquiler?
-La ETT de Vancouver me transfirió a un Burguer de aquí. Aparte haré algunos turnos nocturnos en un 7Eleven y si lo necesito siempre admiten lavaplatos de última hora en el restaurante cochambre de debajo de mi nuevo hogar, eso me dijeron por teléfono.
-¿Lavaplatos?¿Existen? ¿No son un mito?
-Te lo he dicho, lo tengo todo solucionado.
-Solucionado parece un poco optimista.
-Me lo he montado mejor en un día antes de venir que tú en toda tu vida aquí. -Dijo mirando a su alrededor-
-Ya...-sin soltar la toalla se sentó junto a su sobrina y única familia- Miky Shannon, ¿Que haces aquí? ¿Has dejado a, como era, Greg?
-No hay Greg. ¿Y que haces tú aquí? ¿Aparte de escuchar tus vinilos rayados de los Smiths? Estoy segura que no le faltan casos al mejor y más barato huelebraguetas de la ciudad, pero pensaba que a estas alturas ya estarías viviendo en tu coche.
-No tengo coche ahora mismo.
-Estupendo.-Bajó la cabeza tras su moreno flequillo con esa expresión de "Menudo desastre" tan familiar, tan de su padre- Bueno, una vez fuiste policía así que..
-No me admitieron -la interrumpió-. No podía ser ni siquiera inspector y no quería llevar uniforme, por eso me saqué la licencia..
-Hace un millón de años, Sí. Papá solía hablar de ello. Él siempre creyó en ti. No entendía porque no te mudabas con nosotros. Decía que nada te ataba aquí.
-Tenía aquí mis contactos..
-Esos que has perdido.
-Esos. -Permaneció un momento en silencio mirando al frente, aún poco espabilado, hasta que se volvió tranquilo para observar a su sobrina. No la había visto desde el funeral de su hermano, y ella sólo le tenía a él ahora, lo cual no es mucho. Menuda, con la piel blanca y el cabello moreno de los Shannon, y también con su misma mirada inquisitiva bajo el piercing de la ceja. Llevaba una chaquetilla de cuero negro y sólo una bolsa de viaje que había dejado en el suelo al sentarse.
-Estas más guapa-Le dijo. Ella puso una media sonrisa entrecerrando los ojos como expresando "ya ves" y sacó un paquete de cigarrillos.
-¿Ahora fumas? La reprendió.
-Como tú..
-No, no fumo hace años.
-Lo hacías aún cuando papá vivía, no hace tanto.
-Como tres años.
-No era tu único vicio. Él decía que aún solías hacer el ridículo persiguiendo jovencitas.
-Je, ya no, estoy mayor.
-Ya lo estabas antes.
El timbre de la puerta sonó de nuevo.
-¿Esperas visita?
-Nunca. -dijo él levantándose trabajosamente y dirigiéndose a la puerta. Cuando la abrió encontró al prototipo de mujer misteriosa que suele ir a la oficina de los detectives privados del cine, pero nunca a la suya. Era una atractiva mujer rubia, de cuarenta y pocos, con un estilizado vestido negro y gafas de sol que se quitó para que sus hermosos ojos marrones pudieran observarle un poco extrañados por su aspecto, informal como poco.
-Eh, Hola..Buenos días, ....¿Puedo pasar?
Él se hizo a un lado cuando ella entró y miró aún más extrañada a Miky, que divertida le espetó : ¡Hola! Bienvenida, soy su secretaria..del señor Shannon, ¿Viene a ofrecerle un caso?..
-Sí, eso creo. Me lo ha recomendado el fiscal Elmer Davis.
-¿Davis? Se sorprendió Shannon. -Dejé de trabajar para él cuando aún era abogado del bufete Nearly & Spencer. -Mientras hablaba, Shannon se dirigió a su escritorio y se sentó apoyado en la mesa, mirando de reojo la toalla empapada que había abandonado en el sofá.
-Elmer ha progresado mucho desde entonces, al parecer tuvieron ustedes algunas diferencias..
-No quise amañar pruebas para un cliente suyo, eso es cosa de abogados-Expuso frunciendo el ceño.
-Me ha dicho que es usted un desastre de detective, pero el más cabezota, leal y honesto que ha conocido, y que eso es justo lo que iba a necesitar ahora.

Miky los miraba en silencio, sin encender el cigarrillo que sostenía entre sus dedos. Por un instante se fijó en su tío de forma diferente, pese a lo desaliñado de su aspecto, como recordando que realmente un día pudo ser un detective de verdad, de los que llevan casos importantes que afectan a toda una ciudad.

-Bueno, señorita .... -dijo Shannon mientras rodeaba el escritorio para sentarse en su sillón de trabajo.
- Cook, Doris Cook, respondió expectante.
- Bien - Recogió el sombrero de sestear de la mesa y se lo colocó en la cabeza mientras balbuceaba, sintiéndose ridículo y lanzándolo con suavidad a la percha pegada a la ventana, por la que ya entraba el sol de la mañana. -Desde que la he visto delante de mi puerta he sabido que no viene a ofrecerme un trabajo como los que suelo hacer, nada de espiar a un marido putero o a un hijo yonqui,...- Miró a Miky, sonreía. Aún no la había preguntado siquiera por ese "caso" en el que necesitaba su ayuda, el problema que la había traído desde su casa en Vancouver hasta él, que casi no la conocía.. pero se sintió repentinamente animado- ..así que dígame.. ¿Quiere un café? ..

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